Cansada de...

martes, 18 de septiembre de 2012

Hoy estoy cansada de todo. Estoy cansada de la gente, de la sociedad. Como sabéis, ha empezado el nuevo curso académico. Hay que ir retomando el ritmo de estudio poco a poco, pero esto no es lo que quiero comentar aquí. Con la vuelta a clase he vuelto a ver a mis compañeros de instituto y, debido a eso, muchas injusticias. En los dos días que llevo he escuchado burlas sobre una profesora por su voz, otra de un niño por su nombre, otra de otro crío por ser hablador y, por último, una porque un niño tiene algo de bigote. Y yo me pregunto:¿se han mirado en un espejo? ¡Todos somos iguales! ¿Se han dado cuenta del daño que pueden hacer sus palabras? ¡Todos tenemos sentimientos! Más altos, más bajos, más gordos, más delgados, más listos, más aplicados, menos deportivos...¡No dejan de ser personas! 
Lo peor es que a esta gente nadie se atreve a pararle los pies. Todo el mundo alguna vez se ha reído de alguien por algo pero la cosa debería terminar ahí. Creo que ya todos tenemos la suficiente edad para conocer temas como el bulling (lo más probable es que la gran mayoría conozcamos a alguien que lo ha sufrido, aunque no lo sepamos). 
Hay gente más tímida y menos tímida. Yo pertenezco al primer grupo. Os puede asegurar que sé lo que duelen los insultos. Ahora mismo, no tengo queja de mi instituto pero solo con verlo... Alguna vez he visto las caras de esa gente, gente como yo. Caras de dolor, de tristeza... 
Me parece muy injusto. Ni siquiera les dan una oportunidad de hablar, de ser ellos mismos. Debemos concienciarnos para cambiar. Deteneos un segundo a pensar en los sentimientos de esa persona. Decid:¿Me gustaría que me lo hicieran a mí? Estoy segura de que no. Con eso debería bastar.
¿Os gustaría que se burlaran de vosotros por vuestro físico? Hemos nacido así,no podemos cambiar nuestro aspecto ni deberíamos querer hacerlo,tenemos que aceptarnos y querernos como somos.  ¿Y por vuestra voz? Lo mismo. Ya no hablemos de un nombre, algo que nos ponen nuestros padres y no podemos cambiar hasta los 18 años. ¿Qué más da llamarse Pedro, Manolo, José o Antonio? ¡Importa que clase de persona somos! Nuestro nombre no nos define, al igual que tampoco lo hace nuestro aspecto físico. Nos define nuestro comportamiento con los demás, nuestra forma de ser. Puede ser guapo o guapa y una persona horrible o viceversa. No creo que sea tan difícil aprender a mirar el interior. 
Espero que algún día no muy lejano, todo esto cambie. 

¡Muchas gracias a quien haya leído el texto completo! Como habréis comprobado, me he desahogado un poco. Espero poder actualizar esto de vez en cuando y que esta entrada os haya hecho...reflexionar por lo menos. Me habría gustado dedicarle más tiempo y desarrollarla más pero quería subirla hoy.